2 horas diarias en el metro dan para bastantes bocetos. Y la verdad que, cuando no voy echando una cabezadita (todo sea dicho) me gusta pasarme el trayecto haciendo mis bocetillos, mirando a las personas que me rodean y sacando apuntes a mi estilo de sus facciones o datos curiosos. Seguro que de estos bocetos saco mas de un dibujo bien acabado, y sino al tiempo. Vivir a las afueras de Madrid aporta una gran riqueza étnica y social que se manifiesta cada vez que me tengo que acercar por el centro, así que en cada trayecto trato de sacarle el mayor partido posible. Para muestra, un botón.